La fragata es un buque de guerra,
concebido para actuar en misiones de guerra naval y antisubmarina, aunque puede
disponer de sistemas para actuar como buque de apoyo en otras misiones.
El término fragata es muy anterior a la navegación
a vapor y a las escuadras de naves blindadas de la segunda mitad del siglo XIX.
Desde el siglo XVII
las fragatas eran buques de tres palos, más ligeras que los navíos de línea que formaban el núcleo
principal de las escuadras de vela. Disponían como máximo de dos cubiertas y
por lo normal artillada solo una o todo lo más con una pequeña batería en la
segunda y con un número total de piezas que raramente excedía de 30, aunque en
algún caso llegaba a 50.
Su misión en la época de la vela era muy parecida a la
del crucero protegido a finales del XIX y del crucero
ligero a comienzos del siglo XX: proteger el tráfico mercante
ultramarino, siendo muy importante su participación en la lucha contra corsarios
por su velocidad; atacar el tráfico del enemigo en caso de guerra y en las
unidades más grandes y mejor preparadas combatir en auxilio de los navíos de línea;
desempeñaba una importante misión destacada en exploración por delante y por
los flancos de la armada en una época en la que no existían radares ni radios para enterarse de dónde podía estar
el peligro.
Desaparecidas en el último tercio del XIX, en la Segunda Guerra Mundial vuelve a
denominarse de esta forma a un tipo de nave algo más pequeña que el destructor,
de 1.500-2.000 toneladas, y que, mientras el destructor crecía y asumía más
roles, la fragata se mantenía especializada en lucha antisubmarina, como los
destructores de la Primera Guerra Mundial.
Tras la guerra se pasó a designar como Fragata a
cualquier buque hasta el tamaño de un destructor, aunque normalmente son algo
más reducidas, y especializado en una misión, aunque pueda llevar sistemas para
misiones secundarias. En las flotas europeas, las fragatas se popularizaron
durante la guerra fría en tareas antisubmarinas y antiaéreas para proteger la
flota. Incluso los estadounidenses construyeron fragatas, por ser más baratas
que los cruceros y destructores e ideales para tareas de escolta de portaaviones,
como la famosa clase antisubmarina Oliver Hazard Perry,
diseño vendido a varias marinas del mundo. En el caso español, por ejemplo,
utilizado para los seis buques de la clase Santa María con capacidades de defensa
antiaérea de corto y medio alcance y empleadas como escolta para el portaaviones Príncipe de Asturias.
La frontera entre fragata y destructor es bastante
borrosa y muchas de las naves que en Europa se llaman fragatas multifunción se podrían denominar sin exageración
destructores, al igual que algunos buques catalogados como destructores,
podrían ser catalogados fragatas, siendo incluso de menor desplazamiento y
capacidades que buques con esta catalogación, dependiendo por tanto la
nomenclatura de la que decida adoptar el constructor y la armada propietaria
del buque.
El término "fragata" en italiano fregata; en catalán, portugués y
siciliano fragata, en alemán: fregat y en francés fregate proviene del Mediterráneo
a finales del siglo XV, refiriéndose a una galera ligera con remos, velas y un
armamento ligero, construidas para ser rápidas y maniobrables.
En 1583, durante la Guerra de los Ochenta Años, la Casa de
Habsburgo recuperó los Países Bajos Meridionales de la rebelión
alemana. Esto hizo que los puertos fueran ocupados por corsarios
al servicio de la corona española que atacaban a los holandeses y a sus aliados
mediante barcos ligeros a los que se denominaba fragatas. El éxito de estos
corsarios hizo que el término fragata empezara a aplicarse a barcos de guerra
veloces. Los ingleses empezaron a describir sus barcos ligeros como fragatas a
partir del HMS Sovereign of the Seas
en 1651.
La flota de la República de los Países Bajos
fue la primera armada en construir fragatas de gran tamaño capaz de navegar en
océanos. Los holandeses buscaban así contrarrestar el poder de la flota
española alcanzando tres objetivos: protegiendo la flota mercante holandesa,
bloquear los puertos leales a España e infringir daños a los corsarios y a los leales a la
corona hispánica, para última instancia evitar un desembarco de tropas. Los dos
primeros objetivos requerían velocidad y navegar en las aguas superficiales de
Holanda, y la habilidad para transportar material y víveres para mantener los
bloqueos. El tercer objetivo requería armamento pesado, el suficiente para
hacer frente a la flota española. La primera de las grandes fragatas holandesas
fue construida alrededor del 1600 en Hoorn en Holanda.
En los últimos años de la Guerra de los Ochenta Años los holandeses
habían sustituido todos sus barcos pesados, que aún usaban los ingleses y
españoles, por las fragatas más ligeras, capaces de cargar 40 cañones pesando
300 toneladas.
La efectividad de las fragatas holandesas fue
notablemente visible en la batalla de Las Dunas en 1639, lo que hizo
que más armadas se interesaran en adoptar el diseño, entre ellas la inglesa.
La primera fragata que se construyó en Inglaterra
fue la HMS Constant Warwick de 26 cañones y 380 a 400 toneladas:
la hizo Pedro Pett en 1646
para el conde de Warwick el que después la traspasó al gobierno. El constructor
tomó su modelo de una fragata francesa, que había visto en las aguas del Támesis.
Los recuerdos navales retienen aún la memoria de este buque considerado como velero
sin igual y una canción antigua del tiempo de la reina Ana le cuenta entre los
buques que perecieron en la costa británica en la terrible tormenta de 1703. La Southampton construida en 1667 fue el primer buque
que poseyó todos los caracteres de una fragata moderna.
Las nuevas fragatas eran capaces de luchar con todos sus
cañones en mares que podían considerarse demasiado tormentosos para los barcos
de doble cubierta. Las nuevas fragatas navegaban muy bien y se convirtieron en
serios adversarios debido a su casco largo que permitía más velocidad y más
capacidad para la artillería.
La Royal Navy capturó una de estas nuevas fragatas
durante la Guerra de Sucesión Austriaca y se
impresionaron por la maniobrabilidad del barco, especialmente en zonas
costeras. Pronto los británicos copiaron el diseño y lo adaptaron a sus propias
necesidades, sentando las bases para otras fragatas que construiría.
La fragata fue diseñada y construida siguiendo los
estándares de la corbeta, usando astilleros que hasta entonces no estaban
acostumbrados a la construcción de barcos de guerra. La primera clase de
fragatas, la clase River
1941, era en esencia una corbeta con un casco mayor y armada con las nuevas
armas anti-submarinas Erizo.
La fragata posee menos poder de ataque y velocidad que un
destructor,
pero tales cualidades no se requieren para la lucha anti-submarina. Los
submarinos eran lentos, y el ASDIC no podía operar a velocidades superiores a
20 nudos. Es más, la fragata era un buque austero encaminado a poder
construirse en masa y llenarse con las últimas innovaciones en guerra
antisubmarina. Como el objetivo de la fragata era acompañar a los convoyes, y
no para ser desplegada en una flota, tenía un alcance y velocidad limitados.
Los buques contemporáneos nazis, también llamados Flottenbegleiter, conocidos como
"F-Boats" eran esencialmente fragatas.
Estaban basadas en el concepto del OBK de preguerra de
tener un barco ligero de dragaminas, escolta de mercante y buque
anti-submarino. Debido al Tratado de Versalles su desplazamiento era
oficialmente inferior a 600 toneladas, aunque en realidad se excedía en 100
toneladas. Los F-Boats tenían dos pabellones de fusiles y dos cañones de 105
mm. Con todo, el diseño fue equivocado, debido a su cuerpo estrecho y unas turbinas
de vapor poco fiables. Los F-Boats fueron sucedidos por la Clase 35 y los
torpederos de la clase Eilbing. Algunos quedaron todavía en funcionamiento como
barcos de entrenamiento.
No fue hasta la aparición de la clase Bay de la Royal Navy en 1944 cuando un
diseño británico con el nombre de fragata se emplea para una flota, aunque
todavía venga con velocidad limitada. Estas fragatas anti-aéreas, construidas
con cascos incompletos de la clase Loch,
eran similares a los destructores escoltas de la armada de Estados Unidos,
aunque estos últimos tenían más velocidad y un armamento más ofensivo capaz de
servir en el despliegue de una flota. Finalmente, con la entrada en guerra de
Estados Unidos los destructores escoltas americanos colaboraron con la flota
británica en el papel de fragatas y los ingleses pudieron poner sus propias
fragatas en las flotas conjuntas.
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