jueves, 6 de junio de 2013

UN MUNDO NOS VIGILA



El término objeto volador no identificado, más conocido como ovni por las siglas O.V.N.I., calco del acrónimo inglés UFO o Unidentified Flying Object, se refiere a la observación de un objeto volante, real o aparente, que no puede ser identificado por el observador y cuyo origen sigue siendo desconocido después de una investigación.

El acrónimo fue creado para reemplazar al de "Platillo volador" y ha llegado a trascender más allá de las simples observaciones aéreas. Aunque autores como Erik von Daniken 1999 o Jacques Fabrice Vallée 1976 han apuntado que los antiguos carros de los dioses o las apariciones y raptos en bosques y pantanos podían ser el equivalente a los relatos ovni actuales, el fenómeno-mito comenzó en 1947, íntimamente vinculado a los medios de comunicación.

Su interés para los gobiernos, si es que alguna vez lo tuvo, ha ido decreciendo al encontrarse explicación a la mayoría de los casos y no apreciarse nada especialmente raro ni misterioso en los no aclarados. Sin embargo, la tendencia parece opuesta en la literatura especializada en estos temas, que ha ido creciendo en número de cabeceras y tirada, para pasar a recoger también supuestos contactos telepáticos, pretendidos secuestros y declaraciones sobre experimentos genéticos perpetrados por los tripulantes de dichos objetos. Todas estas afirmaciones extraordinarias tienen en común la ausencia de pruebas extraordinarias que las demuestren. Pese a la total ausencia de las mismas, la hipótesis extraterrestre sigue siendo defendida, quizá por la recompensa mental que aportan las fantasías e ilusiones de ser visitados por inteligencias de otros mundos.
 
La visión de platillos voladores como se ha explicado, dio comienzo cuando la ingeniería había logrado ya un nivel suficiente como para desarrollar motores a reacción. mísiles con alcances estratosféricos e ingenios nucleares. Lo que para escritores como Luis Alfonso Gámez, sugiere un origen humano producto de aquella época. La idea de estar ante un mito de la era espacial.

La visión de platillos volantes, como se ha explicado, dio comienzo cuando la ingeniería había logrado ya un nivel suficiente como para desarrollar motores de reacción, misiles con alcances estratosféricos e ingenios nucleares. Lo que, para escritores como Luis Alfonso Gámez, sugiere un origen humano producto de aquella época. La idea de estar ante un mito de la era espacial.

La idea de que los ovnis son naves extraterrestres se planteó ya con el Incidente de Roswell y ha sido una explicación recurrente desde aquel momento. Los escépticos suelen emplear un principio básico de la ciencia según el cual «Para poder afirmar la existencia de fenómenos extraordinarios se requieren pruebas concluyentes». Hacen hincapié en que no se han aportado pruebas fiables que respalden la hipótesis de que el fenómeno ovni mantiene relación con naves extraterrestres. El Dr. Neil De Grasse Tyson afirma contundentemente que si se ve algo en el cielo desconocido para nosotros no se debe concluir cualquier cosa, sino "Dejar de hablar".

La ausencia total de pruebas ha sido una constante cuando se trata de indicar un origen extraterrestre. Como se ha referido anteriormente, participantes en el Proyecto Libro Azul, como Donald Keyhoe, manifestaron muy pronto que las pruebas debían existir, pero las fuerzas aéreas estadounidenses las retenían. La hipótesis del encubrimiento o Teoría de la Conspiración ha sido esgrimida por los defensores de la procedencia extraterrestre cuando se solicitan evidencias. Los escépticos continúan afirmando que la carga de la prueba le corresponde a quien hace la afirmación. Si las fuerzas armadas ocultan las que poseen les correspondería a los defensores del vínculo extraterrestre-ovni aportar otras. La razón por la cual los defensores de dicho vínculo nunca reúnen ni enseñan sus evidencias la dio supuestamente Gray Barker. Barker informó en 1956 al público en general sobre la existencia de unos individuos, a los que denominó Hombres de Negro por la indumentaria que lucían, que amenazaban a periodistas como Albert K Bender con funestas consecuencias en el caso de continuar revelando secretos sobre la procedencia de los ovnis, recogen autores como Luis Alfonso Gámez 2012. Según escritores como Baker, ha sido la intervención constante de los MIB, por su acrónimo de "Men In Black", la que ha impedido mostrar a la comunidad científica las pruebas existentes.

 


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