Pigmalión es una figura legendaria de Chipre. Aunque Pigmalión es la versión griega del nombre real fenicio Pumayyaton, es más familiar a partir de las metamorfosis de Ovidio, obra que se presenta a Pigmalión como un escultor enamorado de una estatua que había hecho el mismo.
Pigmalión, rey de Chipre, buscó durante muchísimo tiempo
a una mujer con la cual casarse. Pero con una condición: debía ser la mujer
perfecta. Frustrado en su búsqueda, decidió no casarse y dedicar su tiempo a
crear esculturas preciosas para compensar la ausencia. Una de estas, Galatea,
era tan bella que Pigmalión se enamoró de la estatua.
Mediante la intervención de Afrodita,
Pigmalión soñó que Galatea cobraba vida. En la obra Las metamorfosis, de Ovidio, se
relata así el mito:
"Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció
que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a
los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se
ablanda a los rayos del Sol
y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil
y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado
de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez y se
cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al
explorarlas con los dedos”
Al despertar, Pigmalión se encontró con Afrodita,
quien, conmovida por el deseo del rey, le dijo ´Mereces la felicidad, una felicidad que tú mismo has plasmado. Aquí
tienes a la reina que has buscado. Ámala y defiéndela del mal´ Y
así fue como Galatea se convirtió en humana"
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