Para
poder hablar de los Aztecas, debemos remontarnos un poco de tiempo atrás de
ellos, de tal forma que, al menos, encontremos algunas de sus raíces. No es
posible establecer nada seguro acerca de estos antecedentes, pero nos podrá dar
una idea clara y una perspectiva de que la historia, aún cuando existen
diferentes opiniones en las fuentes de información, únicamente difieren en
fechas y pequeños acontecimientos que realmente no son de gran trascendencia
comparados con lo que sucedió después de la fundación de la gran Tenochtitlan.
Cholula
estuvo habitada, aproximadamente hasta el año 800 d. C., por gente teotihuacana
que fue desalojada de allí por los Olmecas de origen popolocamixteco que
dominó durante unos 500 años y que pronto extendió su influencia hasta el
centro de Veracruz; bajo su empuje cayeron la provincia cultural de Cerro de
las Mesas y la región de los Tuxtlas. Los habitantes nahuas de ambos lugares
junto con los teotihuacanos recientemente expulsados de Cholula, iniciaron
una migración en masa, llamada de los pipiles, y se establecieron en la
región chiapaneca del Soconusco, de donde más tarde se movieron hacía
Centroamérica, quedándose la mayoría en Guatemala, El Salvador, Honduras y
Nicaragua; pequeños grupos radicaron en Costa Rica y Panamá. Algo antes del año
900, una parte de los pipiles inició un movimiento migratorio hacía el norte y
llegó a Tula, donde, bajo el nombre de nonoalca colaboró con los
tolteca-chichimeca en la formación del imperio tolteca.
Hacía
900 d. C., se produjeron cambios en el clima de la región donde floreció la
cultura proto-tolteca, cuyo centro fue probablemente La Quemada, al sur de
Zacatecas, y esto originó la invasión de las tribus tolteca-chichimecas al
Valle de México, se apoderó de Acolman y Teotihuacán y estableció su capital en
el Cerro de la Estrella, cerca de Iztapalapa. Desde ahí realizó conquistas
como la de las Siete Cuevas Chicomóztoc, región situada entre Tula y
Jilotépec, antes propiedad de los otomíes quizá a la caída de Teotihuacán.
Esos tolteca-chichimecas que dominaron a los otomíes y se mezclaron con ellos
constituyeron más tarde el imperio tolteca.
Un
señor, llamado Topiltzin decidió cambiar la capital de su imperio
tal vez a causa de la presión que desde Cholula ejercían los Olmecas, primero
temporalmente, a Tulancingo y después a Tula, sitio estratégico que le permitía
dominar los valles del Mezquital y de México y que por su proximidad a la
frontera con los indios bárbaros, le facilitaba detener sus incursiones.
Topiltzin
tuvo un reinado muy próspero; fomentó la cultura y las artes, desterró los
sacrificios humanos y trató de afianzar en su pueblo el culto a su dios "Quetzalcóatl"
Serpiente emplumada, pero esto disgustó a los tolteca-chichimecas que
veneraban a Tezcatlipoca, deidad que exigía sacrificios.
Al
producirse el colapso de Tula, bandas de bárbaros irrumpieron desde el sur de
Texas hasta entrar al Valle de México en el siglo XIII, y sólo se detuvo ante
la barrera montañosa del Ajusco, que vino a ser la nueva frontera mesoamericana
entre los sedentarios y los nómadas, entonces los toltecas fueron desplazados
del centro de México y se diseminaron.
Poco
después los acolhuas fundaron el señorío de Huejotzingo, se fortalecieron y
derrotaron a Cholula, fundaron la "República de Tlaxcala" no el
estado, sino el conjunto de cuatro señoríos: Tepetícpan, Ocotelolco, Tizatlán y
Quiahuiztlan. Mientras tanto, los chichimecas fundaban un señorío en la región
tetzcocana, donde la civilización aumentó, tomando el idioma nahua y se
volvieron sedentarios. Todo lo anterior, nos da una gran idea de lo que sucedía
en el valle de México antes de la llegada de los Aztecas.
Los
mexicas procedían, según parece, de un lugar llamado Aztlán o Aztlán, que
según varias leyendas significa "Lugar de garzas", por lo cual, se
les conoce mejor bajo el nombre de aztecas o aztecas, aún cuando ellos
preferían denominarse culhuas-mexicas.
Se
dice que Aztlán estaba situado en una isla de la laguna de Mexcaltitlan en la
costa de Nayarit y que el grupo salió de ahí entre el año 890 y el 1111,
atravesaron primero algunas regiones del norte de Jalisco y después, siguiendo
el curso del río Lerma, partes de Guanajuato y Michoacán.
Los
mexicas eran, atlacachichimeca, es decir, "Pescadores y cazadores", y
no es posible reconstruir en detalle el itinerario que habían seguido hasta que
llegaron a las inmediaciones de San Juan del Río, desde donde se cuenta con mas
información hasta su llegada al Valle de México. Tenían por costumbre encender
cada 52 años duración de un ciclo en su calendario, un fuego nuevo; el
primero celebrado después de iniciada su peregrinación fue el de Coatepec, en
la región norte-oriental del Valle de México, en el año 2 caña, 1163. Allí
nació, según un mito, el dios Huitzilopochtli Colibrí del Sur, hijo de
Coatlicue que era un hechicero que rendía culto a Tezcatlipoca, era su caudillo
y su dios más venerado. Después de él tuvieron otros caudillos-sacerdotes hasta
Tenoch, el último, quien auspició la fundación de Tenochtitlan y quién le dio
su nombre; aunque también recibió el nombre de México, en honor de
Huitzilopochtli o también conocido como Mexitlí.
A
raíz de encender el fuego nuevo de 1163, los mexicas se trasladaron a Tula, y
posteriormente se desplazaron a Apazco, por donde celebraron el siguiente fuego
nuevo en 1215. Penetraron otra vez al Valle de México y se establecieron
temporalmente en diversos sitios como Zumpango y Cuautitlán. Continuando su
peregrinación llegaron a Ecatepec, bordearon el sur de la sierra de Guadalupe y
arribaron a Tecpayocan, el actual cerro de Santa Isabel, cerca de los
"Indios Verdes", en donde encendieron su tercer fuego nuevo en 1267.
De allí, penetraron a tierras del señorío de Azcapotzalco, gobernado entonces
por Acolnahuacatzin, quien les permitió avecindarse en sus dominios como
tributarios, hasta que, cuando les gobernaba su primer rey Huitzilihuitl, entre
1273 y 1276, se establecieron en Chapultepec.
En
realidad, desde su salida de Tula hasta su llegada a Chapultepec, los mexicas
sólo permanecían, en calidad de "paracaidistas", unos años en cada
lugar por donde pasaban, pues todas las tierras estaban ocupadas y nadie les
quería como vecinos por ser muy pendencieros, practicar formas crueles de
sacrificios humanos, y tener la costumbre de robarse a las mujeres casadas. En
Chapultepec, sitio estratégico de fácil defensa, se sintieron al fin seguros y
desde allí comenzaron a merodear por los lugares próximos, haciéndose, como
siempre, odiosos a sus vecinos. Estos, cansados de soportarlos, formaron una
coalición con casi todos los señoríos del Valle de México, encabezados por el
de Xaltocan y, en 1319, lograron derrotarlos gracias a una estratagema urdida
por los tepanecas: éstos les hicieron creer que necesitaban su ayuda militar
para combatir a los de Culhuacán. Así lograron que salieran de Chapultepec
todos los guerreros quedando sólo los ancianos, las mujeres y los niños, a
quienes fácilmente pudieron aprisionar. Desmoralizados los mexicas fueron
vencidos por los culhuas y quedaron como sus cautivos o siervos, confinados en
Tizapán, lugar poblado de serpientes. Los de Culhuacán esperaban que éstas
hiciesen perecer a muchos de los prisioneros, pero resultó que los mexicas
consiguieron exterminarlas.
Más
tarde, los culhuas, que sostenían una ardua lucha contra los xochimilcas,
utilizaron a los mexicas como soldados mercenarios para vencer a sus enemigos y
les ofrecieron la libertad a cambio de 8000 prisioneros xochimilcas. Por ser
reducido el grupo mexica y no poder conducir hasta Culhuacán a los 8000
prisioneros, se contentaron con cortarles las orejas y llevar éstas, en sacos,
a Coxcoxtli, señor de Culhuacán, el cual, horrorizado, les concedió la libertad
y les permitió establecerse en Mexícatzingo. Edificaron allí de inmediato un
templo en honor a Huitzilopochtli y pidieron a Coxcoxtli una hija "Para
tenerla como una reina y venerarla como una diosa". Sin saber que los
mexicas se proponían desollarla accedió el señor culhua, e incluso aceptó la
invitación que le hicieron para que él mismo fuera a reverenciarla. Cuando se
percató de lo que habían hecho se enfureció e hizo que sus súbditos
persiguiesen sin tregua a los mexicas y los arrojaran a los carrizales que
había a orillas del lago, en donde encontraron refugio en un islote abandonado.
En
aquel islote fue donde, según la historia, vieron la señal expuesta por
Huitzilopochtli: el águila devorando una serpiente sobre un nopal y empezaron
a edificar Tenochtitlan en 1345. Doce años después otro grupo mexica se
estableció en un islote contiguo, fundando Tlatelolco en 1357. Tenochcas y
tlatelolcas quedaron sometidos al señor de Azcapotzalco, pagando en los
primeros años tributos muy onerosos.
Tenoch
conservó la suprema autoridad hasta su muerte en 1369. Dos años antes, en 1367,
los mexicas conquistaron Culhuacán en provecho de Tezozómoc, señor Tepaneca,
vecino de Huejotzingo y Tlaxcala, y los señores que allí reinaban encontraron
asilo en Coatlichan. A la muerte de Ténoch, algunos nobles mexicanos fueron a
solicitar a Coatlichan que un príncipe culhua, llamado Acamapichtli, viniese a
residir en México, aunque todavía no con la calidad de rey, que sólo tuvo a
partir del año de 1376.
Tezozómoc
estimó conveniente convertir a los mexicas de soldados mercenarios en socios de
sus empresas de conquista. Así, después que los Tenochcas conquistaron
Culhuacán en 1367 y los tlatelolcas Tenayuca en 1371, alcanzaron el rango de
señoríos Tlatelolco y Tenochtitlan: el primero, en 1375, con Cuacuahpitzáhuac
como rey, hijo de Tezozómoc, quien gobernó hasta 1409 o 1418; el segundo, en
1376, cuando subió al trono Acamapichtli, descendiente de los antiguos señores
toltecas de Culhuacán, lo cual habría de inducir a los Tenochcas a considerarse
corno herederos de las posesiones que habían pertenecido al imperio de Tula.
Gracias
a las conquistas de Acamapichtli; -Xochimilco 1376, Mixquic 1378 y
Cuitláhuac 1393- quedó en poder de Tezozómoc el sur del Valle de México,
excepto el señorío de Amecameca, aliado suyo. El último terreno que cayó en
manos del señor tenochca fue el importante y extenso señorío de Cuernavaca, que
se prolongaba hacia el sur, probablemente hasta el río Balsas, en el que
abundaba el algodón, que ahora afluyó al Valle de México, utilizándosele para
la fabricación de telas.
Acamapichtli
falleció en 1396; le sucedió su hijo Huitzilihuitl (1397-1417), quien engendró
un vástago, Moctezuma llhuicamina, con la hija del señor de Cuernavaca, en
1398.
Huitzilíhuitl
derrotó a los xaltocameca en 1400, a los de Chalco-Atenco en 1410 y combatió a
los de Texcoco en compañía del señor de Tlatelolco y de otros vasallos de
Tezozómoc. Se convirtió en un auxiliar tan valioso para Tezozómoc, que éste le
dio en matrimonio una hija suya, unión de la que nació Chimalpopoca, quien
sucedió a su padre en el trono de Tenochtitlan en 1417, cuando apenas tenía 12
años.
A
medida que Tezozómoc asoció más estrechamente en sus empresas a sus vasallos
mexicas, fueron disminuyendo los onerosos tributos que al comienzo les impuso
hasta que, cuando Chimalpopoca subió al trono, por afecto a él, suprimió esas
cargas y permitió que los Tenochcas gozaran de una situación de privilegio,
cosa que disgustó a una parte considerable de los tepanecas.
En
1418 Tezozómoc y sus aliados mexicas conquistaron Texcoco, ciudad que entregó
aquél dos años después a Chimalpopoca. El tirano de Azcapotzalco, que murió en
1427, parece haber escogido como sucesor a su hijo Tayatzin, pero un hermano
mayor de éste, Maxtla, le usurpó el trono. Poco después, al saber el usurpador
que Chimalpopoca conspiraba, junto con otros señores, para derrocarlo y
restablecer a Tayatzin, mandó encarcelarlo. Consideró esto el señor de
Tenochtitlan como una terrible afrenta que lo indujo a darse la muerte.
Entonces los Tenochcas eligieron rey a Itzcóatl, hijo de Acamapichtli y medio
hermano de Huitzilihuitl.
Mientras
tanto, Nezahualcóyotl que, tras la pérdida de su trono de Texcoco en 1418,
había vivido exiliado entre los huejotzingas y tlaxcaltecas, con cuyos señores
trabó amistad, consiguió ayuda militar de ellos y celebró una alianza con
ltzcóatl. Luego, aprovechando el resentimiento que guardaban los Tenochcas por
los agravios que Maxtla infirió a Chimalpopoca, emprendió una lucha contra
Maxtla en 1427. Logró, con sus aliados, vencer a Azcapotzalco en 1428, merced a
la ocupación previa de Tacuba que sirvió como "Cabeza de playa" para
el ataque de la capital tepaneca. Entonces parece que Maxtla huyó a Coyoacán,
lugar donde había gobernado antes de convertirse en señor de Azcapotzalco,
luego a Cuauhximalpan y después a Tasco, sitio en que murió en 143l.
Aunque
había caído la capital de los tepanecas, Nezahualcóyotl e ltzcóatl, aliados
ahora con el señor tepaneca de Tacuba, tuvieron que continuar luchando contra
varios señoríos que habían formado parte de aquel imperio, y por eso les fue
preciso llevar al cabo numerosas conquistas como la de Xochimilco en 1430 y la
de Texcoco en 1431. En este año recuperó Nezahualcóyotl su trono y tres años
más tarde se constituyo la Triple Alianza integrado por los señores de Texcoco,
de Tenochtitlan y de Tacuba que, de común acuerdo, se repartieron los
territorios hasta entonces sojuzgados y establecieron además el convenio de que
los señoríos que posteriormente dominasen deberían pagarles tributo: dos
quintas partes a Texcoco, otras tantas a Tenochtitlan y sólo una a Tacuba.
En
1450 Nezahualcóyotl emprendió una campaña siguiendo el trazo de la actual
carretera que va de Pachuca a Tuxpan, lo que le permitió introducir una cuña
que separó a los huastecos de los totonacos, impidiendo así una posible y
peligrosa alianza de ambos.
Todo
parecía sonreír a los tetzcocanos y Tenochcas cuando precisamente en ese año de
1450, comenzó una terrible hambre, provocada quizá por prolongadas sequías y
cierta probable inexperiencia en las técnicas agrícolas, que los orilló a
adoptar medidas desesperadas: la introducción de los sacrificios humanos en
gran escala. Muchos mexicas se vendieron como esclavos a mercaderes totonacos
por sólo 20 mazorcas.
Estimando
los sacerdotes que tan terrible crisis se debía a que la tierra desfallecía
porque le faltaba vigor para producir frutos y que el sol tampoco era capaz de
infundirle vida, decidieron que ambos no estaban debidamente fortalecidos con
la especie de vino generoso que era la sangre humana y que, en consecuencia,
había que derramar ésta con mayor profusión multiplicando el número de
víctimas.
Como
los mexicas y tetzcocanos tenían un calendario según el cual el año constaba de
18 meses de 20 días y en cada veintena debía celebrarse por lo menos una fiesta
en que se hiciesen sacrificios humanos, era necesario asegurar el
abastecimiento oportuno de víctimas, por lo general prisioneros obtenidos en
campañas, y éstas podían ya sólo emprenderse contra señoríos relativamente
alejados del Valle de México porque éste y las comarcas circunvecinas habían sido
ya conquistadas. Para evitar el peligro de que no las hubiese ni a tiempo ni en
el número requerido, se llegó a un acuerdo con los señoríos de Huejotzingo y
Tlaxcala, también azotados por el hambre, mediante el cual se establecía la
"Guerra Florida" xochiyáoyotl, que no tendría como fin la conquista
de territorios al enemigo, sino sólo la lucha contra él, en lugares y tiempos
determinados, con objeto de obtener prisioneros que unos y otros contendientes
sacrificasen a sus respectivos dioses. No existía, pues, entonces, una
enemistad real entre ambos grupos, sino un pacto cuyos resultados creían
mutuamente benéficos. Sin embargo, esas luchas periódicas llegaron a producir
la rivalidad definitiva entre ellos, sobre todo después que Moctezuma I venció
a los chalcas en 1465 y extendió sus dominios hasta la Sierra Nevada, en donde
empezaban los de los huejotzinga.
Como
sí se hubiese acertado con la solución verdadera, en 1455 hubo frecuentes
lluvias y cosechas abundantes. Los mexicas se sintieron más fuertes que nunca y
se arrojaron impetuosos sobre las tierras más fértiles como si quisieran
asegurar la obtención de tributos y evitar otra crisis como la sufrida.
Desde
Izúcar se lanzó Moctezuma I, a través de Acatlán y Huajuapan, contra el
poderoso señorío de Ixtlahuaca, habitado por nahuas, mixtecos y
chocho-popolocas y gobernado por Atonal, último soberano de una dinastía de
origen tolteca establecida allí después de la ruina de Tula. Este señorío se
extendía hasta Tuxtepec y la costa al norte del Papaloapan. La pelea, que fue
muy reñida, empezó en 1458 y terminó en 1461 con la victoria de los mexicas.
Con ella y con la extensión previa de Nezahualcóyotl hasta Tuxpan, quedaron
cercados los territorios dominados por los huejotzinga y los que tenían los
totonacas en el norte de Veracruz. Desde Tuxtepec y Cosamaloapan fue fácil para
los mexicas conquistar en 1463 la provincia de Cotaxtla, que llegaba hasta
Chalchiuhcueyehcan, el actual puerto de Veracruz, y no tardó en caer en sus
manos Cuauhtochco Santiago Huatusco, cerca de Cotaxtla.
Cuando
al fin Moctezuma I, tras dos décadas de lucha, sometió a Chalco-Amecameca,
surgió una cierta hostilidad entre Tenochtitlan y Huejotzingo que quedaban
convertidos en estados vecinos, y se agudizó cuando los Tenochcas sometieron en
1466 al señorío de Tepeaca, el más fiel aliado de los huejotzinga. Atacando
desde aquí y desde Cuauhtochco, se apoderaron los mexicas de Orizaba,
estrechando aún más el cerco que rodeaba a huejotzingas y totonacas.
Las
conquistas realizadas por Moctezuma le convirtieron en un soberano muy poderoso
que recibía toda clase de tributos de los pueblos avasallados, entre ellos oro,
jades, turquesas y ricas plumas, principalmente de la provincia de Tuxtepec,
importante encrucijada comercial a donde llegaban desde el sudeste productos
quizá hasta entonces casi desconocidos por los mexicas, como el cacao.
Moctezuma
tuvo especial predilección por el valle de Morelos y escogió Huaxtepec como
lugar de recreo. Aclimató ahí toda clase de árboles y arbustos traídos del
centro y sur de Veracruz. En las peñas de Chapultepec hizo grabar su efigie,
costumbre continuado por sus sucesores. llhuicamina dio al estado tenochca su
forma política definitiva y bajo su reinado debió surgir el arte
característicamente mexica cuyos mejores logros fueron de índole escultórica.
Al
morir Moctezuma en 1469 fue elegido para sucederle Axayácatl, el primero de
tres hermanos que reinaron uno tras otro. Ya éste se había distinguido al final
del gobierno de Ilhuicamina en las campañas hechas en las comarcas de Cotaxtla
Y Orizaba. Habiéndose sublevado esta última región, Axayácatl la reconquistó
imponiendo un duro castigo a los rebeldes.
En
1473 tuvo una guerra con Moquíhulx, último soberano de Tlatelolco, quien había
estado conspirando para formar una coalición contra los Tenochcas integrado por
varios señores de los valles de México y Toluca. Denunció el complot a
Axayácatl una hermana suya casada con Moquíhuix, ofendida por el abandono en
que éste la tenía a causa de la preferencia que daba a otras mujeres. Sabedor
de lo que contra él se tramaba, el rey tenochca atacó de improviso a los
tlatelolcas, que se defendieron obstinadamente en su último reducto, el templo
mayor. Moquíhuix pereció en la lucha y los tlatelolca quedaron sin soberano propio,
obedeciendo desde entonces al de Tenochtitlan, hasta que se restauró la
monarquía tlatelolca en 1515 con Cuauhtémoc, quien, años después, gobernó
también en Tenochtitlan.
Resentido
Axayácatl, por haber conspirado con Moquíhuix algunos de los señoríos
independientes matlatzincas, otomíes y mazahuas del valle de Toluca, corno los
de Toluca, Xocotitlan y Xiquipílco, los atacó y conquisto tras ardua contienda
en 1480. Enseguida se enfrentó a los tarascos en los confines de los Estados de
México y Michoacán, pero éstos acometieron con tal ímpetu desde las
fortificaciones hechas de madera que tenían en Tajimaroa, Ciudad Hidalgo, que
derrotaron al ejército mexica. Por primera vez encontraban los Tenochcas un
enemigo irreductible. Para atajar la expansión de los tarascos en Guerrero, que
ocupaban ya las tierras bajas de Michoacán y de la cuenca del Balsas, se adueñó
Axayácatl de Oztuma en el noroeste de dicho Estado y estableció allí una
guarnición. Realizó también otras conquistas de regiones situadas al norte del
Balsas, cuya subyugación, iniciada por ltzcóatl, había sido proseguida por
Moctezuma.
Aunque
alguna fuente histórica atribuye a Axayácatl la conquista de Oaxaca, en
realidad esta codiciada prenda cayó en poder de los mexicas bajo el reinado de
Ahuízotl.
En
1479 se dedicó la "Piedra del Sol" o "Calendario Azteca",
porque en ese año, equivalente en la cuenta indígena a 13 ácatl, se conmemoraba
la creación del quinto sol, ocurrida en ese mismo signo.
Dos
años después falleció Axayácatl y le sucedió su hermano Tizoc quien sólo
gobernó cinco años, ya que murió envenenado en 1486. A pesar de que se le ha
pintado como un rey cobarde, emprendió conquistas importantes, como la de la
región de Nauhtla, Veracruz, efectuada coordinadamente con Nezahualpilli, hijo
y sucesor de Nezahualcóyotl y también la reconquista de Yanhuitlan, Oaxaca.
Además, en la "Piedra de Tízoc" aparecen otras victorias suyas, solo
que en su lugar, como vencedor, figura el dios Tezcatlipoca.
Bajo
Ahuízotl, sucesor y hermano de los anteriores, alcanzó el imperio mexica su
máxima expansión. Como después de la gran hambre de 1450-54 cada nuevo soberano
tenochca, al ascender al trono, iniciaba una campaña contra señoríos aún sin
someter, para agregar más territorios al imperio y obtener suficientes cautivos
con qué propiciar a los dioses, y como se acercaba además la dedicación del
Templo Mayor, erigido en honor a Huitzilopochtli, se requerían numerosas
víctimas. Para obtenerlas Ahuízotl hizo la guerra a los huastecos de la
provincia de Xiuhcóac o Tziuhcóac llamado por los españoles
"Cicoaque", y después a los zapotecas, logrando conquistar todo el
valle de Oaxaca. De ambos sitios obtuvo innumerables prisioneros. Con el
holocausto de no menos de 20,000 se solemnizó en 1487 la dedicación del Templo
Mayor de Tenochtitlan. Aterrorizados ante el relato de esta hazaña inaudita,
los habitantes de los más remotos confines de Mesoamérica, temblaron ante la
posibilidad de que de entre ellos se reclutasen las próximas víctimas y el
nombre del fiero monarca tenochca inspiró un pavor tal que todavía hoy se llama
"ahuizote" a alguien a quien se teme constantemente o que produce una
molestia continua.
Ahuízotl
se lanzó de nuevo sobre los paraísos veracruzanos arrasando y diezmando pueblos
que se habían rebelado. A las provincias asoladas se llevaron colonias mexicas
que reforzaron el predominio de la lengua nahua. Sojuzgó también este rey la
mayor parte del Estado de Guerrero, extendiendo los dominios de su imperio
hasta la desembocadura del Balsas.
En
1486 las huestes mexicas se apoderaron del valle de Oaxaca y, siguiendo la ruta
de la actual carretera, sometieron a Tehuantepec en 1498. Continuaron su marcha
victoriosa por la costa del Soconusco hasta apoderarse de la actual población
guatemalteco de Ayutla. La penetración de los "Pochtecas" o
comerciantes por tierras centroamericanas es prueba de que preparaban una
próxima agresión, y es seguro que el sucesor de Ahuízotl se proponía conquistar
a los quichés y cakohíqueles cuando llegaron los españoles. Un golpe en la
cabeza contra un dintel de piedra al tratar de escapar de una inundación que se
produjo en Tenochtitlan en 1502 causó la muerte al más temible conquistador
mexica. Con él terminó la etapa de los grandes caudillos militares y se inició
la de un monarca a punto de ser divinizado.
Le
sucedió Moctezuma II Xocoyotzin, originalmente sacerdote modesto y humilde muy
versado en su religión, a quien el poder ensoberbeció pronto y convirtió en una
especie de sátrapa oriental. A él tocó sofocar serias rebeliones en La Mixteca
y conquistar allí regiones que nunca antes habían sido sometidas. También bajo
su reinado disminuyó aún más el poder de Texcoco que había empezado a declinar
a la muerte de Nezahualcóyotl. El hijo de éste, Nezahualpilli, que heredó el
trono a los ocho años de edad, quedó bajo la tutela de Axayácatl, y desde
entonces los Tenochcas se consideraron como tutores de los tetzcocanos. Cuando
llegó el momento de elegir sucesor, Moctezuma impuso a Cacamatzin, en 1516.
Moctezuma
murió en 1520. Su imperio abarcó casi todo Veracruz, Puebla, Hidalgo, México,
Morelos, gran parte de Guerrero y Oaxaca y las costas de Chiapas. Todo este
territorio -más el reino tarasco- constituyó el núcleo de lo que fue la Nueva
España y es hoy la República Mexicana. Dentro de aquél estaban enclavados, como
señoríos independientes, Tlaxcala, Meztítlan, Yopitzingo y Tututépc.
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