miércoles, 2 de abril de 2014

MELANCOLÍA



Inicialmente denominada MELANCOLÍA, y frecuentemente confundida con ella, la depresión del latín depressus, abatimiento es uno de los trastornos psiquiátricos más antiguos de los que se tiene constancia. A lo largo de la historia se evidencia su presencia a través de los escritos y de las obras de arte, pero también, mucho antes del nacimiento de la especialidad médica de la psiquiatría, es conocida y catalogada por los principales tratados médicos de la Antigüedad.

El origen del término 'MELANCOLÍA' se encuentra, de hecho, en Hipócrates, y se mantiene en el Renacimiento, especialmente en los años dorados de la melancolía en la cultura europea, 1575-1630. Hay que esperar hasta el año 1725 para que el británico sir Richard Blackmore rebautice ese mal con el término vigente de depresión. Hasta el nacimiento de la psiquiatría científica, en pleno siglo XIX, su origen y tratamientos, como el del resto de los trastornos mentales, basculan entre la magia y una terapia ambientalista de carácter empírico dietas, paseos, música...

Con el advenimiento de la biopsiquiatría y el despegue de la farmacología pasa a convertirse en una enfermedad más. De hecho el éxito de los modernos antidepresivos ha reforzado el mito del fármaco de la sociedad occidental del siglo XX. La medicina oficial moderna considera cualquier trastorno del humor que disminuya el rendimiento en el trabajo o límite la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea o no conocida, como un trastorno digno de atención médica y susceptible de ser tratado mediante farmacoterapia o psicoterapia.

La cultura griega clásica explicaba todas las enfermedades y los cambios de temperamento o "humor" a partir de la influencia de cuatro líquidos corporales denominados "humores": la sangre, la flema, la bilis negra y la bilis amarilla.

Según esta teoría de los cuatro humores propuesta por Hipócrates un exceso de sangre provocaba comportamientos hiperactivos maníacos, en la terminología actual, mientras que el exceso de bilis negra provocaba un comportamiento abatido, apático y un manifiesto sentimiento de tristeza. El término "bilis negra" o "MELANCOLÍA", pasó a convertirse en sinónimo de tristeza.

Los romanos antiguos tenían en latín su propia manera de llamar a la bilis negra, atra bilis bilis oscura, de la cual se deriva la palabra española "atrabiliario", que significa de triste semblante; pero el término médico mantuvo el originario griego.

Hipócrates explicaba no sólo el comportamiento sino las propias salud y enfermedad mediante el equilibrio de estos humores en el cuerpo. Denominaba crasis al equilibrio entre ellos y llamaba crisis a la expulsión de los humores mediante procesos fisiológicos como el sudor, los vómitos, la expectoración, la orina, o las heces. El médico debía averiguar cuál era el momento "crítico" aquel en el que se debía producir la expulsión de los malos humores para facilitarlo mediante la aplicación de los correspondientes tratamientos.

El origen del vocablo depresión se encuentra en la expresión latina: de y premere empujar u oprimir hacia abajo. Su uso se registra por primera vez en Inglaterra en el siglo XVII. Richard Blackmore, médico de Guillermo III de Inglaterra y poeta, habla en 1725 de estar deprimido en profunda tristeza y melancolía. Robert Whytt, 1764, relaciona depresión mental con espíritu, bajo hipocondría y melancolía. En 1808 Hacia el siglo XIX el término depresión va ganando terreno y se usa junto al de melancolía para designar a la enfermedad, mientras este último término siguió conservando su uso popular y literario.

Wilhem Griesinger empleó por primera vez el término estados de depresión mental como sinónimo de melancolía. Emil Kraepelin la designa como locura depresiva en una de sus clasificaciones, sin abandonar el término melancolía para nombrar la enfermedad, y manteniendo depresión para referirse a un estado de ánimo; afirmaba que las melancolías eran formas de depresión mental, expresión que se le atribuye. Adolf Meyer propuso abandonar el término melancolía y sustituirlo por el de depresión.

En esta batalla por la nomenclatura se llegó a la redundancia de llamar MELANCOLÍA a la depresión con síntomas leves. El término ciclotimia fue usado por Karl Ludwig Kahlbaum en 1863 para designar las variaciones de las fases depresiva y maníaca, a modo de ciclos repetitivos y periódicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario