jueves, 4 de julio de 2013

RUBÍ



El rubí es un mineral de la clase 04 óxidos, según la clasificación de Strunz. Es una gema de color rojizo. Debe su color a los metales de hierro y cromo con los que está asociada esta variedad de corindón óxido de aluminio Al2O3. Su nombre viene de ruber, que significa 'rojo' en latín.

Pertenece a la familia del corindón, junto al zafiro, siendo una convención de nombre la única diferencia entre ambas gemas. Se llama rubí a los corindones rojos y zafiro a todos los demás colores, incluido el rosado.

Le corresponde la dureza 9 en la escala de Mohs. Es considerado una de las cuatro gemas preciosas junto al zafiro, la esmeralda y el diamante.

Se encuentran yacimientos de rubíes en Birmania, Sri Lanka, India, Madagascar, Tailandia, Brasil, Colombia, China y Rusia, además de encontrarse en menor cantidad en Sudáfrica, Australia, Groenlandia y Estados Unidos. Los de la península de Malaca y Tanzania son muy valiosos, llegando a alcanzar en valor a los diamantes de mismo tamaño.

Los rubíes sintéticos se produjeron por primera vez en 1923 mezclando alumbre y pigmentos de cromo. Este método permite la producción de piedras muy similares química y físicamente a las naturales. Sin embargo, los rubíes sintéticos se usan más en relojería que en joyería.

Se prepara de la siguiente manera:

Primero se utiliza óxido de aluminio (Al2O3) y óxido de cromo (CrO3) estequiométricamente en un crisol de platino.

Después se coloca en una mufla a unos 2000 K por unos 250 minutos.

Finalmente se enfría y se observa como el cristal queda en el fondo de platino.

El rubí es duro, dureza en Mohs: 9 y su color varía con la concentración del cromo hexavalente en la mena, su punto de fusión es variado por solo unos grados. Esta depende también de la concentración del cromo. Su punto de fusión se acerca a los 2000 K. Su densidad relativa es de 3,0 a 4,2 según la cristalización. Su configuración cristalínica es tetragonal.

El rubí es resistente a la corrosión pues es estable cinéticamente y térmicamente también. No se puede disolver en ácidos halogenuros pero si en ácido sulfúrico para formar con el cromo ácido crómico y con el óxido de aluminio un sulfato ácido de aluminio. También lo ataca el ácido perclórico, el fluorhídrico y el hexafluorosilícico.

Sus usos no se restringen a joyería, en la que su valor depende de su color, tamaño, densidad y pureza. Se han utilizado profusamente en la fabricación de los relojes mecánicos, en los que sirven de soporte o buje de los ejes sometidos a rotaciones ya que su dureza resiste el desgaste por fricción.

También tienen importantes aplicaciones industriales para crear los láseres de helio-rubí y los de rubí puro.

Se utiliza para hacer pulseras y objetos de lujo.

Los antiguos grabaron poco en rubí y Plinio el Viejo da por razón de ello que los sellos hechos con esta sustancia se llevaban la cera. La dureza excesiva del rubí, su alto precio, la rareza de los planos propios para el grabado son ciertamente las verdaderas causas que impidieron a los artistas de la antigüedad grabar el rubí. Hay que notar, además, que la imposibilidad en que probablemente estaban los antiguos de pulir las cavidades hechas con esta sustancia podían causar el defecto de que habla Plinio.

En el Museo de Odescalque se encuentran el diseño de un rubí grabado representando a Ceres en pie con una espiga en la mano. Otro grabado en rubí presenta la cabeza de un hombre de larga barba y cabellos crespos que se ha creído representar a un filósofo griego. Este rubí estaba tallado en forma de corazón y formaba parte de la colección del duque de Orleáns.

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