Enrique VIII nació el
28 de junio de 1491 y murió el 28 de enero de 1547 fue rey de Inglaterra y
señor de Irlanda desde el 22 de abril de 1509 hasta su muerte. Fue el segundo
monarca de la casa Tudor, heredero de su padre, Enrique VII. Famoso por haberse
casado seis veces y por ejercer el poder más absoluto entre todos los monarcas
ingleses. Entre los hechos más notables de su reinado se incluye su ruptura con
la Iglesia católica romana, y su establecimiento como cabeza de la Iglesia de
Inglaterra Iglesia Anglicana, la disolución de los monasterios, y la unión de Inglaterra
con Gales.
También promulgó legislaciones importantes, como las
varias actas de separación con la Iglesia de Roma, de su designación como
cabeza suprema de la Iglesia de Inglaterra, las Union Acts de 1535 y 1542, que unificaron a Inglaterra y Gales
como una sola nación, la Buggery Act
de 1533, primera legislación contra la sodomía en Inglaterra, la Witchcraft Act de 1542, que castigaba
con la muerte la brujería.
La protección que dispensó al pintor alemán Hans Holbein
se tradujo en una formidable serie de retratos y dibujos en color, que efigian
a muchos personajes de la Corte de aquella época. Destaca la efigie del propio
Enrique VIII, del Museo Thyssen-Bornemisza.
Fue hijo de Isabel de York y Enrique VII de Inglaterra y
hermano de Arturo y Margarita Tudor y María Tudor, duquesa de Suffolk, quien
tuvo como hijo a Frances Brandon sobrina de Enrique y esta a Juana Grey que fue
sucesora del hijo de Enrique, Eduardo VI.
Fue un ávido apostador y jugador de dados. En su juventud
practicó justas, caza y royal tennis,
antepasado del actual tenis. Fue también un músico completo, escritor y poeta.
Se involucró en la reconstrucción y mejoramiento de varios edificios
importantes, como el Palacio Nonsuch, la capilla del King's College en Cambridge,
y la Abadía de Westminster en Londres. En muchos casos se trataba de edificios
confiscados, por ejemplo al Cardenal Thomas Wolsey, entre ellos Christ Church en Oxford, el palacio
de Hampton Court, el palacio de Whitehall y el Trinity College en Cambridge.
Enrique VIII ascendió al trono en 1509, tras la muerte de
su padre. El padre de Catalina, Fernando II de Aragón, organizó el casamiento
de ésta con el nuevo rey. Enrique VIII desposó a Catalina de Aragón nueve
semanas antes de su coronación en Greenwich, el 11 de junio de 1509, dejando de
lado los consejos del Papa Julio II, y de William Warham, arzobispo de Canterbury,
en cuanto a la validez de tal unión.
Fueron coronados juntos en la Abadía de Westminster el 24
de junio de 1509. El primer embarazo de la reina Catalina terminó en un aborto
en 1510. Luego dio a luz a su hijo, Enrique, el 1 de enero de 1511, pero el
bebé sólo vivió hasta el 22 de febrero de ese mismo año.
Con su coronación, Enrique VIII debió enfrentarse a las
problemáticas consecuencias de los impuestos nobiliarios establecidos por Richard
Empson y Edmund Dudley, miembros del gabinete de su padre. Así que dos días
después de su nombramiento hizo detener a ambos en la Torre de Londres, fueron
acusados de alta traición y decapitados en 1510. A diferencia de su padre, Enrique
VII, que favorecía las políticas pacíficas, durante todo su reinado destacó su
inclinación bélica.
Durante los dos años posteriores a la ascensión de
Enrique VIII, el obispo de Winchester, Richard Fox, junto a William Warham,
controlaron los asuntos de Estado. De 1511 en adelante, sin embargo, el poder
real fue ostentado por Thomas Wolsey. En ese mismo año, el Papa Julio II
proclamó una Liga Santa contra Francia. La nueva alianza se forjó rápidamente
incluyendo a Inglaterra, además de España, regida por los Reyes Católicos y el Sacro
Imperio Romano, gobernada por el emperador Maximiliano I. El rey firmó el Tratado
de Westminster, en el que prometía ayuda mutua a España contra Francia. En 1513
invadió este país y derrotó a sus ejércitos en la Batalla de las Espuelas. Por
su parte, Jacobo IV de Escocia, aliado de Francia, invadió Inglaterra por el
norte, pero fue derrotado en Flodden el 9 de septiembre de 1513, perdiendo la
vida y terminando así el conflicto.
En 1514, Fernando abandonó la alianza, y las otras partes
hicieron la paz con Francia. La consecuente irritación con España inició la
discusión sobre un divorcio con la reina Catalina. Sin embargo, con la
ascensión en 1515 del rey Francisco I al trono de Francia, aumentó nuevamente
el antagonismo entre Inglaterra y Francia, y Enrique se reconcilió con los
reyes de España.
El casamiento de Catalina fue anulado poco antes de su
ejecución. Igual que en el caso de Ana Bolena, Catalina no podría ser culpada
técnicamente de adulterio ya que el matrimonio resultó oficialmente nulo desde
el origen. Nuevamente esta cuestión fue ignorada y Catalina fue ejecutada el 13
de febrero de 1542.
En 1536, la reina Ana comenzó a perder el favor de
Enrique. Después del nacimiento de la princesa Isabel, Ana tuvo dos embarazos
que terminaron en aborto o muerte del niño. Mientras tanto, Enrique empezaba a
prestar atención a otra doncella de su corte, Jane Seymour. Quizá animado por
Thomas Cromwell, Enrique hizo arrestar a Ana, bajo cargos de usar brujería para
convertirlo en su esposo, de tener relaciones adúlteras con cinco hombres, de incesto
con su hermano Jorge Bolena, vizconde de Rochford, de injuriar al Rey y
conspirar para asesinarlo, con el agravante de traición. Los cargos eran
enteramente fabricados. La Corte que trató el caso fue presidida por el propio
tío de Ana, Thomas Howard, III duque de Norfolk. En mayo de 1536, se condenó a
Ana y a su hermano a muerte por la hoguera o por decapitación, lo que el rey
eligiera. Los otros cuatro hombres sobre los que se alegó tener relaciones con
Ana, fueron condenados a ser colgados, ahogados y descuartizados.
Lord Rochford fue decapitado al término del juicio de
forma inmediata; a los otros cuatro implicados les fueron conmutadas sus
diversas sentencias de muerte por la de decapitación. Ana también fue
decapitada al poco tiempo.
El único hijo superviviente de Enrique, el príncipe
Eduardo, Duque de Cornualles, no era un niño sano. Por tal motivo, Enrique
decidió casarse una vez más para asegurarse un heredero varón. Thomas Cromwell
sugirió a Ana de Cleves, hermana del duque de Cleves, protestante y un
importante aliado en el caso de que Roma atacara a Inglaterra.
Hans Holbein el Joven fue enviado a Cleves para pintar un
retrato de Ana para el Rey. Después de observar el favorecedor retrato, y
urgido por las cumplidas descripciones de Ana dadas por sus cortesanos, Enrique
decidió desposarse con ella. Al arribo de Ana a Inglaterra, se dice que Enrique
no la encontró nada atractiva, llamándola en privado «La yegua de Flandes».
Había sido retratada sin ningún signo de la viruela que afectaba su rostro. No
obstante, Enrique la desposó el 6 de enero de 1540.
Enrique se casó en 1543 con su última esposa, la rica
viuda Catalina Parr. La nueva reina discutió con Enrique sobre religión, ya que
era calvinista mientras que el rey permanecía anglicano. Esta conducta podría
haberle resultado peligrosa si no hubiera sido por sus muestras de sumisión.
Ayudó a reconciliar a Enrique con sus dos primeras hijas, María e Isabel. En
1544, un decreto parlamentario puso a ambas en la línea de sucesión tras el
príncipe Eduardo, Duque de Cornualles, a pesar de ser consideradas ilegítimas.
El mismo decreto permitía a Enrique determinar la siguiente sucesión al trono a
su arbitrio.
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