El Abrazo de Acatempan es un suceso de la Historia de México ocurrido el 10 de febrero
de 1821,
en el que participaron Agustín de Iturbide, comandante en jefe del ejército
del Virreinato de Nueva España, gobernado
entonces por Juan Ruiz de Apodaca y Vicente
Guerrero, jefe de las fuerzas que peleaban por la Independencia de México. Este abrazo marcó
la reconciliación entre las fuerzas virreinales integradas mayoritariamente
por criollos
y el ejército insurgente.
Al ser relevado Félix María Calleja como virrey en
septiembre de 1816,
tomó el cargo el capitán general de Cuba, un marino: Juan Ruiz de Apodaca.
Apodaca instrumentó una política distinta a la de sus predecesores:
Venegas y Calleja. Creó el
indulto,
que le fue concedido a la mayoría de los líderes insurgentes, como Nicolás Bravo
e Ignacio López Rayón. Sólo se negaron a acogerse
a esta política: Pedro Moreno, Guerrero, Victoria, Andrés Quintana Roo y Leona Vicario.
Gracias a esta política, la Nueva España vivió casi tranquilamente hasta
finales de 1819.
El 1 de enero de 1820 en Las Cabezas de San Juan, Andalucía,
España
el coronel Rafael de Riego se levantó en armas,
proclamando que el rey Fernando VII
debía jurar la Constitución de Cádiz, que las Cortes
Generales proclamaron en 1812. El 26 de mayo el intendente de la provincia
de Veracruz, José Dávila proclamó la Constitución de Cádiz.
Apodaca hizo lo mismo en la capital el 31 de mayo,
provocando con ello protestas y motines.
En México esta noticia tomó por sorpresa a los
novohispanos. Se temía que se suprimieran los privilegios del clero y del ejército,
y que una nueva época liberal llegara al país. Los criollos, acaudillados por
el inquisidor
general Matías de Monteagudo y por Apodaca, se
reunieron en la Iglesia de la Profesa, y ahí conspiraron y resolvieron
separarse de España.
Cuando Guerrero se enteró de la situación, intentó
convencer al coronel
José Gabriel de Armijo, comandante
realista en el sur, de unirse a su movimiento. Armijo permaneció leal al
gobierno español. Guerrero intentó nuevamente persuadirlo a través de una carta
fechada el 17 de agosto, que le fue enviada a Armijo con
el coronel Carlos Moya.
El 9 de noviembre renunció Armijo, comandante de
las operaciones en el sur del país, por diferencias habidas con el virrey
Apodaca, quien lo transfirió a Sevilla de inmediato.
Guadalupe Victoria, por otra parte, se ocultaba en las
cuevas de la sierra de Veracruz. De este modo, el frente permanecía tranquilo,
pero la captura del líder guerrillero se antojaba casi imposible.
Apodaca, por consejo de Monteagudo, nombró a Iturbide
como reemplazo de Armijo, y el 16 de
noviembre Iturbide salió de la Ciudad de México y estableció su cuartel
general en Teloloapan. Llevaba consigo doce mil pesos oro.
Existía el antecedente de una negativa por parte de
Vicente Guerrero de pactar la paz, cuando Apodaca envió al padre del caudillo
al campo de batalla para suplicarle que aceptara
el indulto. Ante esa situación, Guerrero había pronunciado su frase más
conocida: "La Patria es
primero"´. Iturbide empezó a planificar sus acciones militares, con
la intención de destruir a las fuerzas insurgentes. Sus primeros combates
resultaron desastrosos, pues fue derrotado en prácticamente todas las batallas.
Se dio cuenta que Guerrero y sus hombres conocían como
nadie las montañas del Sur, y que en ese terreno sería casi imposible
derrotarlos. Comprendió entonces que la Independencia "sólo se lograría si
los militares insurgentes se aliaran con las fuerzas que militamos bajo las
órdenes del Rey", como había dicho a un subordinado tras sufrir su única
derrota, en el fuerte del Cóporo.
Iturbide empleó pues, una nueva estratagema: escribió a
Guerrero el 10 de enero,
pidiéndole que se retirara de la lucha, que el gobierno respetaría su cargo
militar y le concedería el indulto. Guerrero se negó terminantemente.
Los hombres al mando del coronel Berdejo fueron
derrotados nuevamente el 27 de enero de 1821, por las fuerzas insurgentes.
Iturbide había enviado una carta fechada el 25 de enero en Teloloapan,
en la que le solicitaba una entrevista y le exponía los puntos de su programa
político, posteriormente recogido en el Plan de
Iguala.
El encuentro se realizó en la población de Acatempan, localizado
hoy en el municipio de Teloloapan, el 10 de febrero, ante las respectivas tropas de
Iturbide y de Guerrero. Según el relato de Lorenzo de Zavala, se entabló un
breve diálogo entre ambos caudillos, tras el cual se produjo el abrazo.
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