miércoles, 19 de junio de 2013

EL RAMAYANA



El Ramayana o Ramaiana, durante el siglo III a. C. es un texto épico escrito por Valmiki.

Forma parte de los textos sagrados smriti, textos no revelados directamente por Dios, sino transmitidos por la tradición.

Es una de las obras más importantes de la India antigua. Pertenece al subgénero literario de la epopeya, y está compuesto por 24.000 versos, divididos en 7 volúmenes.

Conocido ampliamente gracias a sus numerosas traducciones, el Ramaiana ha ejercido importante influencia en la literatura india.

Dáshamaratha, rey de Aiodhiá, tiene tres esposas y cuatro hijos. Rama es el mayor, hijo de Kauśalya. Bharata es hijo de Kaikeyi. Los otros dos son gemelos, Lakshmana y Satrughna. Rama y Bharata son azules. En Mithila, una ciudad cercana, vive la hermosa Sita. Cuando llega el momento de que Sita se case, se plantea una prueba a los pretendientes: los príncipes deberán ser capaces de encordar un arco gigante. Nadie pudo siquiera levantar el arco como Rama, que no solo lo alzó sino que además lo partió. Así fue como Sita eligió a Rama como esposo, ante las miradas de decepción de los demás aspirantes.

El rey Dásharatha decide dejar el trono a su hijo Rama y retirarse al bosque para buscar moksha, la liberación espiritual. Todos están contentos con la decisión, que está de acuerdo con el dharma. Al retirarse Dásharatha, establece que su hijo mayor asumirá el puesto de gobernante. Todos están de acuerdo, excepto la segunda esposa de Dásharatha, que pretende que sea su hijo Bharata quien gobierne. Así es como, valiéndose de un juramento que años atrás hizo el viejo rey, le convence para que corone a Bharata y destierre a Rama al bosque por catorce años. El rey se ve obligado a cumplir su palabra y Rama, siempre obediente, se retira exiliado al bosque. Sita convence a Rama de que su lugar está a su lado. También su hermano, Lakshmana, lo acompaña. Bharata se siente muy disgustado cuando se entera de lo que sucede y se dirige también al bosque donde reside Rama para forzarlo a regresar a la ciudad. No obstante, éste se opone, argumentando que deben obedecer a su padre. Así, Bharata se despide de su hermano con un abrazo y vuelve a Aydohya.

Los años pasan y Rama, Sita y Lakshmana son muy felices en el bosque. Rama y Lakshmana destruyen a los rakshasas, criaturas del mal, cuando interrumpen su meditación. Un día, una princesa rakshasa intenta seducir a Rama. Su hermano, Lakshmana, la hiere. Ella regresa donde su hermano, Rávana, el gobernante de Lanka y le habla sobre la encantadora Sita. Rávana idea un plan para raptarla. A sabiendas del aprecio que ella siente por los ciervos dorados, decide enviarle uno como presa de caza para Rama y Lakshmana. Al verlo, ambos hermanos marchan a cazarlo, dibujando previamente un círculo protector alrededor de Sita, que estará segura mientras permanezca en su interior. Durante la ausencia de Rama, Rávana se deja caer por el lugar adoptando la forma de un mendigo que busca comida. Sita sale del círculo para procurársela y Rávana la rapta. A Rama se le rompe el corazón cuando regresa y no puede encontrar a Sita.

Un ejército de monos se ofrece para buscarla. Rávana ha llevado a Sita a su palacio, pero no puede obligarla a convertirse en su esposa. Sita ni siquiera lo mira, pues solo piensa en Rama. Jánuman, general del grupo de monos, que posee la capacidad de volar, se dirige rápidamente hacia Lanka, donde encuentra a Sita. Antes de que Jánuman pueda salir, los hombres de Rávana lo capturan y prenden fuego a su cola. Con parte del pelaje ardiendo, Jánuman huye saltando por los techos de las casas e incendia Lanka. Llega hasta Rama, a quien informa sobre la ubicación de Sita. Rama, Lakshmana y el ejército de monos construyen un puente desde la punta de India hacia Lanka. Por fin, se enfrentan Rama y Rávana. Tras eliminar a algunos hermanos de Rávana, entre ellos Kumbhá Karna, Rama logra aniquilar a Rávana disparándole el arma brahmastra.

Rama libera a Sita y juntos regresan a Aiodhiá, donde el pueblo y Bharata proclaman a Rama como su nuevo rey. Se acusa a Sita de haber cometido adulterio durante su cautividad. Ella se somete voluntariamente a la prueba del fuego para dar testimonio público de la integridad de su pureza, pero Rama aduce que su reina no sólo debe ser pura, sino que debe parecerlo, por lo que la envía al exilio a pesar de su inocencia.

Ella se refugia en la ermita del escritor Valmiki, supuesto autor del poema, donde da a luz a dos hijos gemelos de Rama, Lava y Kusha, que se convierten en discípulos de Valmiki y crecen sin saber quiénes son. Valmiki compone el Ramaiana y enseña a los gemelos a cantarlo. Más tarde, Rama lleva a cabo una ceremonia ashwa medha yagña, sacrificio de caballo, a la que asiste el sabio Valmiki con Lava y Kusha. Los niños cantan el Ramaiana en presencia de Rama y de una numerosa audiencia. Cuando Lava y Kusha llegan a la parte del exilio de Sita, a Rama se le rompe el corazón. En ese momento, Valmiki trae a Sita ante Rama. Éste vuelve a rechazarla (como un perfecto esposo hindú) y ella se suicida ante todos, tragada por la Tierra, su verdadera madre, ya que había sido encontrada en un "Surco" de tierra.

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