Los ABUELOS
no sólo cuidan, son el tronco de la familia extendida, la que aporta algo que
los padres no siempre vislumbran: pertenencia e identidad, factores indispensables
en los nuevos brotes.
La mayoría de los ABUELOS sienten adoración por sus nietos. Es fácil ver que las
fotos de los hijos van siendo reemplazadas por las de estos.
El abuelazgo constituye una forma contundente de
comprender el paso del tiempo, de aceptar la edad y la esperable vejez.
Los ABUELOS
construyen infancias, en silencio y cada día. Son incomparables cómplices de
secretos. Malcrían profesionalmente porque no tienen que dar cuenta a nadie de
sus actos. Consideran, con autoridad, que la memoria es la capacidad de olvidar
algunas cosas. Por eso no recuerdan que las mismas gracias de sus nietos las
hicieron sus hijos. Pero entonces, no las veían, de tan preocupados que estaban
por educarlos. Algunos todavía saben jugar a cosas que no se enchufan.
FINALMENTE Y PARA QUE SEPAN LOS DESCREIDOS....
LOS ABUELOS NUNCA MUEREN, SOLO SE
HACEN INVISIBLES.
ESO
SÍ, SON MUY LENTOS PARA APRENDER Y COMPRENDER
LOS AVANCES TECNOLÓGICOS.
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