Cuando alguien te dice ‘QUE DIOS TE BENDIGA‘ no
sólo te está deseando lo mejor para ti, sino que también está actuando en favor
suyo.
Pues cuando bendices a alguien también atraes
el favor de Dios hacia ti.
El efecto de la Bendición
es multiplicador, ya que es dado por Dios a sus Hijos.
!!! BENDICIONES!!!
La bendición invoca el apoyo activo de Dios
para el bienestar de la persona, habla del agradecimiento, implica salud,
provisión y felicidad en la persona que recibe buenos deseos de nuestra parte.
La bendición comienza en el hogar, en las
relaciones de padres e hijos.
Los niños que reciben el regalo de la
bendición de parte de sus padres, tienen un buen comienzo espiritual y
emocional en la vida.
Reciben un firme fundamento de amor y
aceptación.
Este principio también se aplica a la íntima
relación de pareja.
Las amistades se profundizan y fortalecen, la
hermandad de la Iglesia se incrementa, trayendo compañerismo, sanidad y
esperanza a muchos que nunca han recibido una palabra de bendición.
El poder de la vida y la
muerte está en la Palabra.
Al bendecir, se otorga vida, no sólo al que
recibe la bendición, sino también al que la da. Por eso, hoy te bendigo,
mi bendición va para Ti, porque al bendecirte de todo corazón, me bendigo a mí
mismo.
Reparte bendiciones donde vayas, no sólo de
palabras, sino de hechos.
Ellas volverán a tí, cuando menos lo esperes.
En general, la persona que vive en la
presencia de Dios, amándole y obedeciéndole, goza de la bendición divina
siempre.
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