Un portaaviones, es un buque de
guerra capaz de transportar y operar aviones, que sirve como base
móvil para aviones de combate o reconocimiento.
Durante la Primera Guerra Mundial algunas de las
grandes potencias comprendieron la importancia estratégica de disponer de aviación embarcada para enfrentarse a
conflictos en territorios alejados del territorio nacional o en territorios
nacionales de ultramar en los que no era posible disponer de medios aéreos de
importancia por motivos económicos o logísticos. La victoria naval de las
fuerzas aliadas en la Segunda Guerra Mundial,
en gran medida debida a los portaaviones convirtió a éstos en los buques más
importantes de una armada y los ha convertido en el arma más poderosa de un
ejército.
El invento de los hermanos Wright en 1903 está muy cercano del primer
despegue experimental en 1910 por un aeroplano de la cubierta de un crucero de
la Armada de Estados Unidos, el USS Birmingham CL-2 y los primeros
aterrizajes fueron realizados en 1911. El 4 de mayo de 1912 el primer avión en
despegar de un barco en movimiento tuvo lugar cuando el comandante Charles
Samson voló desde el HMS Hibernia.
Los portahidroaviones se convirtieron en el
siguiente paso en la historia de los portaaviones. La Armada Imperial Japonesa
consiguió realizar la primera incursión hidro-naval de la historia en
septiembre de 1914 desde el Wakamiya.
Usado contra las fuerzas alemanas durante la Primera Guerra Mundial, cargaba cuatro
hidroaviones Maurice Faman
franceses que despegaron y aterrizaron en el agua donde fueron recogidos
mediante una grúa.
El desarrollo de cruceros con un suelo plano produjo los primeros grandes
barcos de la flota. En 1918 el HMS Argus
se convirtió en el primer portaaviones capaz de lanzar y aterrizar aviones
navales.
Debido al éxito de estos buques en los años 1920 empiezan a construirse los
primeros buques diseñados específicamente como portaaviones, el HMS Hermes y el japonés Hosho. La mayor parte de los primeros
portaaviones eran conversiones de naves que habían servido para otra cosa o que
se habían diseñado en un principio para otro propósito, como buques, cruceros,
cruceros de batalla o acorazados. El Tratado Naval de Washington de 1922 afectó
a los planes de portaaviones. Estados Unidos y Reino Unido tuvieron que limitar
a 135 000 toneladas el desplazamiento de sus portaaviones, mientras que
algunas exenciones específicas permitieron que algunos barcos individuales de
tonelaje superior fueran convertidos a portaaviones como la clase Lexington.
Durante los años 1920, varias armadas empezaron a diseñar
y construir portaaviones específicamente diseñados para ello. Esto permitió que
el diseño se especializara para su futuro papel como barcos superiores y de
mando. Durante la Segunda Guerra Mundial estos barcos se
convirtieron en el núcleo de la fuerza naval de los Estados
Unidos, Gran Bretaña y el Imperio Japonés.
El portaaviones se usó extensivamente en la Segunda
Guerra Munidal, y durante ese tiempo se construyeron de varios tipos. Los portaaviones escolta, tales como el USS Bogue sólo se construyeron durante la
Segunda Guerra Mundial. Aunque muchos portaaviones fueron barcos construidos
con ese propósito, la mayoría fueron convertidos a partir de barcos mercantes
con el fin de dar apoyo aéreo a los convoyes y las
misiones anfibias. Los portaaviones ligeros construidos por los
estadounidenses, como el USS Independence
representaron una mayor y más militarizada
versión de un portaaviones escolta. Aunque los portaaviones ligeros llevaban la
misma cantidad de aviones que los portaaviones escolta, éstos tenían la ventaja
de una velocidad mayor ya que provenían de cruceros. El concepto de
portaaviones ligero establecido en 1942 sirvió a la Royal Navy
hasta bien entrados los años 1980.
Los tiempos de guerra también estimularon la creación o conversión de
algunos portaaviones poco convencionales. Los barcos CAM, del inglés mercantes con catapulta eran barcos diseñados
para lanzar los aviones de caza pero sin posibilidad de
recuperación. Estos barcos se convirtieron en una medida de emergencia durante
la Segunda Guerra Mundial, de la misma forma
que los portaaviones mercantes. Los portaaviones submarinos, como el francés Surcouf, y la clase japonesa I-400
capaz de cargar tres aviones Aichi Seiran fueron construidos en los años 1920
pero tuvieron poco éxito en la guerra.
Como "Pistas de aterrizaje en el mar", los
modernos portaaviones tienen una cubierta plana superior y despejada para las
operaciones de despegue y aterrizaje de las aeronaves. El despegue se realiza
con el portaaviones navegando en contra del viento, es decir hacia delante o
hacia proa, mientras que el aterrizaje se realiza siempre desde popa. Los
portaaviones deben llevar una velocidad superior a 35 nudos,
unos 65 km/h de velocidad aparente de viento durante
las operaciones de aterrizaje y despegue para que se realicen con seguridad. El
incremento en el viento efectivo proporciona una velocidad de aire mayor
alrededor del avión que le ayuda en las operaciones de despegue, y además hace
la recuperación más segura al reducir la diferencia de velocidades entre el
avión y el buque.
En los portaaviones CATOBAR,
se utiliza una catapulta de aviones para acelerar los
aviones convencionales hasta una velocidad de vuelo segura para lanzarlos hacia
el final de la pista, después de que sus motores proporcionen la máxima
aceleración posible a las aeronaves.
En los portaaviones STOVL o STOBAR no se
necesita una catapulta de asistencia para el despegue, sino que en vez de eso
se mejora el vector de despegue del buque mediante una plataforma curva de
salto en la proa y todo esto acompañado por la propia aceleración del avión. A
esta plataforma curva se le denomina en la terminología inglesa ski-jump debido al
parecido con el concepto de las plataformas de salto de
esquí. Es cierto también que los STOVL son capaces de lanzar un
avión sin el ski-jump o
catapulta reduciendo el combustible y la carga de armamento. La forma de
asistencia en el despegue y aterrizaje depende, por tanto, no sólo del diseño
del portaaviones sino también del propio avión embarcado.
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